Compañías limitadas
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Resumen
La poeta norteamericana Luis Gluck dijo alguna vez que el alma de los hombres es como un diamante: no hay nada en el mundo que pueda cambiarla. Pero acá, en este país de montañas y nieblas, en estos inviernos siempre a destiempo, estamos más cerquita de pensar que el alma, si existe alguna, es algo así como una nube. Al menos el alma del poeta.
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