Observatorio de Financiamiento para el Desarrollo. Nota Técnica Nº 6, marzo – agosto 2024
ISSN digital: 2806-5603
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1. Banca pública en Perú antes de la pandemia
Un excelente balance analítico de este tema es el de Dancourt y Jiménez (2017). Lo
resumo brevemente. Luego de un par de décadas de estrategia de
industrialización por sustitución de importaciones, con un ingreso del Estado
como ente promotor y planificador del desarrollo, “a principios de los 80, los
créditos de las entidades financieras estatales, que ejercían las funciones de
banca de desarrollo, llegaron a representar 15% del PIB” (2017, p. 2). La década de
los 80s fue de crisis de deuda, hiperinflación y recesión. Entre 1990 y 1993 se
aplicaron las muy radicales reformas estructurales neoliberales de la dictadura
de Alberto Fujimori, incluyendo una amplia privatización y liquidación de varios
de los bancos de fomento entonces existentes. Así, el crédito de las entidades
financieras estatales se redujo a 3% del PIB en 1993; desde esa fecha tuvo algunas
subidas y bajadas, pero al 2015 seguía debajo de 4% del PBI, frente a 35% del PBI
prestado por la banca privada.
Para Dancourt y Jiménez, en “la economía peruana actual, las principales fallas
de mercado del sistema financiero están aún relacionadas al financiamiento de
largo plazo, al financiamiento agrícola y al financiamiento de las pequeñas
empresas” (2017, p. 9), incluyendo además “las relacionadas al financiamiento de
la necesaria diversificación productiva de la economía o de la mitigación del
cambio climático” (2017, p. 9). Se añade a esto que el mercado financiero está
dominado por un oligopolio, con cuatro bancos concentrando más del 80% del
crédito, sosteniendo spreads elevados y con altas rentabilidades sobre el
patrimonio (a niveles del 20% anual de manera sostenida). La escasa presencia
del Estado en el mercado financiero favorece ese dominio oligopólico en el sector
bancario.
2. La pandemia y el programa Reactiva
Para enfrentar el duro golpe a la economía de la pandemia, el Estado peruano
tomó medidas extraordinarias que implicaron un cambio profundo en su
participación en el crédito a las empresas, que merece resaltarse en el análisis por
su gran magnitud respecto a la historia previa.
La pandemia fue extraordinariamente fuerte en el Perú; la mortalidad producto
de la pandemia, medida como “exceso de muertes” - la diferencia entre las
muertes estimadas y las muertes esperadas llega en el Perú a 873 por cada cien mil
habitantes de manera acumulada durante 2020-2021, la cifra mayor en la
comparación de 194 países realizada por la OMS (Msemburi et al., 2023). Sólo a
partir de las campañas de vacunación aplicadas en el 2021, y con cobertura
amplia desde el segundo semestre de ese año, la mortalidad debida a la pandemia
fue controlada. El PBI peruano cayó en 11% durante el 2021, primer año de la
pandemia, con distintos niveles de afectación y tiempos de recuperación entre las
actividades económicas. Por ejemplo, el sector agropecuario y la pesca lograron
sostener permanentemente niveles de producción superiores a los niveles
registrados previos a la pandemia; sectores como comercio, minería e
hidrocarburos, y servicios mantienen niveles de PBI por debajo de lo registrado el
2019 durante los dos años 2020 y 2021; mientras los sectores de construcción,
electricidad y agua, y manufactura pasan de caídas en el PBI durante el 2020 a
superar los niveles de PBI pre-pandemia durante el 2021.
El 2021 sin embargo fue de rápida recuperación, gracias a las políticas monetarias
y fiscales expansivas. Durante 2020, en comparación a la región, Perú es uno de